Revisando el GR-146 Monte y Olivo

Los pasados días 19, 20 y 21 de diciembre pusimos rumbo a la sierra de Segura en Jaén, para llevar a cabo el recorrido del sendero GR-146 Monte y Olivo, el “hermano pequeño” de los senderos de gran recorrido homologados en este espacio natural.

El sendero GR-146, en principio, estaba diseñado para no ser muy exigente y dar a conocer la zona menos agreste del Parque Natural de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas a los senderistas. Pero después de concluirlo llegamos a pensar en titular el artículo no por el nombre del sendero, sino “GR-146 Doble Problema”. Porque la verdad es, que desde el momento de su planificación aparecieron los primeros inconvenientes.

Y es que cuando nos movemos con el tiempo justo, cada día hay que aprovecharlo al máximo, pues éstos no sobran. Aun así, tuvimos que salir un día antes para poder llegar a la zona de la sierra de donde parte el sendero, ya que las comunicaciones son un problema en esa franja de la Península; no hay tren y los autobuses no son frecuentes. De ahí el primer problema.

La ruta parte de Hornos de Segura, que es una pequeña y hermosa localidad, y además un mirador excelente sobre el embalse del Tranco de Beas. Después de hacer las fotos y vídeos de rigor, encontramos el segundo problema, que al igual que el del transporte, nos iba a acompañar durante toda la travesía: la señalética. El sendero supusimos que comenzaba próximo al lavadero del municipio, desde donde sale una trocha y, en el cual, algunos vecinos hacen quemas o tiran basuras. Sin más información que un palo con una flecha y un diminuto cartel donde se podía adivinar la palabra “Hornos” partimos hacia la Puerta de Segura, con la imprescindible ayuda de un mapa y mucha paciencia.

Vista de Segura de la Sierra desde el camino

Alternativas de ocio

Desde Hornos hasta más allá de Cortijos Nuevos, sólo cruzamos campos de olivos y alguna mancha de monte. Fue al pasar por la primera almazara, después de Cortijos, donde comenzamos a sopesar la posibilidad de plantear alternativas culturales y de ocio para este sendero, pues éstas son muchas, y probablemente mejores a lo que el sendero por sí solo puede ofrecer. Conocer las localidades por las que transita este GR, visitar alguna bodega o alguna almazara y entender la cultura del aceite, sus castillos, o incluso descubrir la Sierra desde el aire en algún vuelo en parapente contratado en Cortijos Nuevos, son sólo algunos ejemplos.

 

Los gorriones y luganos nos acompañaron todo el camino

Into the wild

Después de Cortijos Nuevos, carretera, aldeas y… ¡aventura! Desde el kilómetro 15, las pocas marcas que resisten empiezan a no coincidir con lo que nos dice el track. Y cuando las marcas se terminan del todo, el track no coincide con los pasos abiertos por anteriores caminantes o animales. Además, a partir del kilómetro 21, todo desaparece y hay que confiar en nuestro conocimiento del medio, en nuestros pies y también en nuestras manos, pues las vamos a necesitar para descolgarnos en algún tramo, así que ojo. A partir del kilómetro 23, volvemos a los campos de olivos y el descenso se suaviza hasta la Puerta de Segura. Lugar donde íbamos a pernoctar esa noche.

Al día siguiente -4ºC que casi no notamos, pues nada más empezar tuvimos que salir del valle del Guadalimar en un importante ascenso entre campos de olivos. Ya a determinada cota, los inabarcables campos de olivos se terminaban y comenzaba el reino del pino resinero (Pinus pinaster). Entre pinos, y con vistas a las localidades de Segura de la Sierra y Orcera en el otro lado del valle, seguimos avanzando. Poco iba a variar el paisaje y la vegetación hasta unos kilómetros antes del final, en el cual cambiamos de vertiente y pasamos al valle del Guadalmena, con la meseta al fondo y el Campo de Montiel. En un rápido descenso llegamos a Villarrodrigo, donde un transportista nos hizo el favor de devolvernos a Puente de Génave, lugar desde el que, en Bla Bla Car, fuimos a Albacete.

La falta de conservación del sendero, que desde 2003 no se mantiene, y los problemas con las comunicaciones si vamos con el tiempo justo, han sido un lastre en la realización de la ruta. Gracias a la colaboración y simpatía de los trabajadores de ADR Sierra de Segura pudimos realizar el camino en la forma y tiempo que nos habíamos propuesto. Muchas gracias a todas y todos ellos, en especial a Francis, por sus recomendaciones, sus mapas, por hacer de ‘taxista’, etc. Si fuera posible en un próximo futuro, nos encantaría colaborar con los promotores de este sendero pues, problemas al margen, es una ruta que merece la pena conservar.

Tranco de Beas con sierra de Las Villas al fondo

1 comentario

  1. Este sendero no merece la pena, yo recomiendo el 247 Bosques del Sur. Y si encima lo recorres en un año lluvioso, como lo hice yo, es flipante. A ver si lo conservan, porque según tengo entendido la Junta se lo «tomó prestado» a la Diputación de Jaén y ya no hay el mismo interés en el mantenimiento.

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