La muerte tenía un precio: As Fragas do Eume

Incendios España 2012
La verdad es que apetecerme hablar de este tema no me apetece, ya que me entristece mucho pensar cómo hemos llegado hasta aquí. Los incendios no son nada nuevo en este país, que por siglos fue el «final de la tierra». Cada verano son noticia, como lo puede ser cualquier otro fenómeno, incluidas las llamadas serpientes de verano, lo que ha llevado a dejar de valorar el significado de la noticia de un incendio. Muchos cambiaremos de canal, otros girarán la cara y la mayoría lo verán, asumiendo el acontecimiento y asintiendo con la cabeza, como queriendo decir «otro más».

Y aquí supongo que reside el problema. Muchos de nosotros no somos conscientes de lo que tenemos y cómo debemos cuidarlo. No quiero discutir sobre si el provocador de un incendio merece una pena mas dura o más leve, no quiero quedarme en la forma, sino que quiero ir al fondo. Cuando una persona hace algo así, ¿qué beneficios espera sacar de ello?


Recuerdo en mi travesía por el GR 7 Región de Murcia, cuando pude cruzar la Sierra del Molino, camino de Cieza a Calasparra, caminé por el lugar más desolador que he podido observar hasta el momento. Dicha sierra fue quemada, según cuentan en el pueblo, en la época de las fiestas de Calasparra, de tal manera que cuando se dio la noticia el pueblo entero se fue a ayudar en las labores de extinción, momento en el cual los provocadores de dicho incendio aprovecharon para realizar hurtos en las casas de los vecinos.
Este es el problema cuando una persona pone su bien o su satisfacción por encima del bien común. Y esto no es un problema de un pirómano, esto es un problema de educación, de la educación que debemos dar a nuestros hijos y amigos.

Cuando salgo de travesía, y muchos de vosotros lo habéis visto en mis vídeos, encuentro mucha basura en el camino. Mucha de esa basura son colillas y cristales que son capaces de crear un incendio. Esto ya no sería un incendio provocado esto, simplemente, sería dejadez de los que salimos al monte.

Esto es un problema de educación, de que no sabemos respetar el medio en el que vivimos, medio que nos ha sido regalado, que es el mejor bien que podemos tener. Sin embargo es nuestro egoísmo el que nos lleva a pensar que somos el centro del universo y a hacernos creer que podemos modificar y destruir a nuestro antojo porque somos capaces de volverlo a crear.

Las mismas personas que tiran una colilla por la ventanilla del coche o en el monte o una bolsa de basura en la calle son aquellas cuya irresponsabilidad provoca incendios y destruye miles de hectáreas de biodiversidad. Por el simple hecho de pensar que el es hombre está por encima de la naturaleza.

La muerte tenía un precio. La muerte por las llamas de cualquier entorno natural conlleva la muerte de animales y plantas que dejan de existir en el ciclo de la vida y conlleva la contaminación de los ríos por la ceniza acumulada y las desertización de la tierra.

La muerte de As Fragas do Eume tiene un precio que supera con creces la pena máxima que se pueda aplicar a sus responsables: delincuentes o terroristas. Y no sabremos nunca de qué precio hablamos hasta que sea demasiado tarde. 

Los atentados contra la naturaleza no se pueden evaluar como evaluamos la pérdida de un coche, unas acciones o una casa. La naturaleza tiene un valor incalculable, por eso muchos de nosotros somos incapaces de valorar lo que tenemos.


Me gustaría felicitar a todas las personas que se levantan cada mañana para ayudar en la extinción de incendios y dar mi más sincero reconocimiento a aquellos que murieron por salvar la naturaleza. Senderos GR está con todos ellos y les felicita. Gracias a todos por vuestro trabajo.

Algunos datos de interés:

  • Numero de incendios en 2012: 3.092
  • Media de Incendios 2002-2011: 1.991 (Datos a fechas constantes 01-01 a 29-02)
  • Superficie en hectáreas: 13.541
  • Incendios de más de 500 hectáreas: 2

 
 

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