En el atardecer del 22 de mayo de 1938 –domingo- se produjo la evasión de 795 presos que estaban confinados en el Fuerte de San Cristóbal (Ezkaba). Utilizado como penal desde el año 1934, en aquel momento albergaba cerca de 2.500 reclusos; la mayoría de ellos por motivos políticos relacionados con la Guerra Civil. Las fuerzas que se organizaron para su persecución abatieron a 206 de los fugados. De entre los capturados, otros 14 fueron considerados organizadores de la fuga, y ejecutados en agosto del mismo año. Tan solo 3 evadidos alcanzaron la frontera con Francia y, por tanto, culminaron con éxito su aventura.
Este GR 225 se inspira en la huella de aquellos hombres. Siguiendo el probable itinerario de uno de los que alcanzaron la muga (Jovino Fernández) busca el norte cruzando los ríos Ultzama y Arga hasta llegar a Urepel. Recorriéndolo, el caminante disfrutará de los parajes naturales por los que transcurre, pero también honrará la memoria de aquellos que -hace muchos años- transitaron por esos mismos montes y valles en busca de una vida mejor: de los que fueron devueltos a la miseria de su encierro, de los que murieron en el intento y de los que alcanzaron la libertad.