Comenzamos la etapa 13 en la localidad de Luciana. Desde un parque caminamos hacia un gran área de descanso. A poco de empezar a andar nos encontramos en una fresneda con las ruinas de lo que fue el molino del Comendador y, cerca de éste, un largo paso por el que cruzamos los dos brazos del Guadiana. Avanzamos hacia la sierra de Villareal entre sauces, chopos y fresnos por el margen izquierdo del río en dirección oeste.
En el paraje de El Batán el río nos sorprende con nenúfares blancos. Dejamos atrás el arroyo del Despeñadero de Michos y algunas ganaderías abandonadas. A nuestro alrededor vemos cultivos de secano; un escenario que cambia cuando, tras una curva del río, aparecen dehesas de encina a la izquierda del camino y, a la derecha, nos acompaña el Guadiana. Pasamos el arroyo del Boquerón y atravesamos el río por un vado que, en ocasiones, no es posible cruzar debido al importante caudal de agua. Un kilómetro después llegamos a un vallado. Lo atravesamos y caminamos hacia el norte y para tomar la Vereda de la Dehesa. Dejamos a la derecha la laguna de Valparaíso.
Llegamos al mirador de El Chiquero y, tras él, retomamos de nuevo la orilla del Guadiana. Cruzamos un badén y continuamos por la parte izquierda del río. Avanzamos, entre encinas, por el camino de Luciana a través del cual llegaremos a la ladera del valle. Cruzamos el arroyo de Valhondo y nos encontrarnos con un vallado que debemos cruzar. Atravesamos el cordel de Navalrincón y el arroyo de Riofrío y, finalmente, desde este punto caminamos por un sendero ancho rodeado de minares hasta el Albergue Juvenil Puente de Retama, punto final de esta etapa.